viernes, 27 de octubre de 2017

NIÑOS CRIADOS CON APEGO, MUJER CON PARASOL DE AUGUSTE RENOIR

Uno de los principios más importantes es que los niños criados con apego son después más independientes.

Llevarles en brazos, darles teta a demanda, atender sus necesidades emocionales, no ignorarlos o dormir con ellos no los hace inseguros y emocionalmente dependientes en un futuro. No necesitan separase de su madre, no necesitan ir obligatoriamente a la guardería para socializar.
Todo eso les hace personas más seguras de sí mismas, más empáticas, más independientes y capaces de tener relaciones con sus iguales igualmente sanas en un futuro.

Esta reflexión nace de este cuadro de Renoir, donde la madre está tumbada en la hierba un día de calorcito con un parasol. Puede parecer que ignora a la la niña chiquitina de menos de dos años que parece que acaba de darse la vuelta para explorar. No es así, su madre es el referente, el campamento base del cual partir y al cual volver siempre que sea necesario. Su presencia basta para darle seguridad.


lunes, 23 de octubre de 2017

CRIANDO A DOS PEQUEÑOS, EL TAMBORILERO TRAVIESO DE NICOLAES MAES

Hoy me he topado con esta pintura de Rembrandt, titulada el tamboliero travieso o desobediente, que se encuentra expuesto en el museo Thyssen Bornemisza
En la escena vemos una madre con un bebé pequeño que al fin se ha dormido en la cunita. A su lado hay un niño mayor, presumiblemente el hermano mayor jugando con su juguete favorito, un tambor. Pero el niño no está tocando, sino sollozando muy apenado, realmente apenado.
Seguramente mucha gente juzgara enseguida la estricta disciplina del pasado o la amenaza en la cara y en la mano de la madre. Sin duda da penita ese niño, pero si practicamos la empatía nos damos cuenta de la situación de otra manera. Seguro que también había bebés muy demandantes, o que les costaba mucho dormir, puerperios difíciles y casas enormes por atender. 
Esa madre quiere silencio y que el pequeño duerma al fin, tal vez tras una noche difícil.
¿Alguna de vosotras es capaz de ponerse en su lugar?



viernes, 20 de octubre de 2017

EL PARTO EN LA EDAD MEDIA EUROPEA

En el medievo, la vida de una mujer casada transcurría entre el embarazo y la crianza de los hijos. La familia suponía una riqueza, los hijos un tesoro.

El nacimiento de un hijo tenía una connotación festiva. La noticia se difundía rápidamente entre las mujeres del pueblo o del barrio, que se acercaban presurosas a visitar a la madre y al niño, formulando sus felicitaciones. La recién parida se adornaba tanto ella como la habitación donde había dado a luz en espera de las visitas. La visita estaba unida al ofrecimiento de regalos, a menudo relacionados con la fecundidad, como hogazas, dulces o huevos.

Un mes después del parto se hacía una ceremonia de purificación. Durante este mes la mujer era considerada impura y tenía como única misión el cuidado de su hijo en el dormitorio. En este tiempo no podía ocuparse de la cocina o de los hijos, con excepción del recién nacido. Las vecinas, hermanas y madres la ayudaban con sus quehaceres y se ocupaban de ello. 

Por un lado pienso a tener tanta gente dentro de casa durante el puerperio me da agobio, pero por otro sentirse cuidada y liberada de todas estas tareas tan sólo dedicada al pequeño no suena nada mal. 

 
 


viernes, 6 de octubre de 2017

CRIANZA EN BRAZOS EN LA HISTORIA DEL ARTE ANTIGUO

e¡Hola a todos de nuevo!
Esta semana he realizado mi primera conferencia o charla después del parón que supone una excedencia por maternidad. Me ha gustado la emoción de volver al oficio, a hablar de nuevo en público, aunque en esta ocasión fuera reducido.
La charla que dí fue en relación a la Crianza en brazos en la historia del arte y la escribí para celebrar la Semana Internacional de la Crianza en Brazos. La charla tuvo lugar en el local que cedió Teresa: Baby Tarta, de Palma

Os quería hacer un buen resumen de las imágenes que puse, teniendo en cuenta que no puse exclusivamente imágenes de porteo, sino aquellas en la que es patente la importancia que se ha dado siempre a tener a los hijos en el lugar más seguro y agradable para ellos: los brazos de sus padres. Hoy sólo os muestro las pertenecientes a la Prehistoria y la Antigüedad.

1. HUELLAS DE LAETOLI 3,7 millones de años

En este caso no es una obra de arte, sino las huellas fosilizadas de una especie que ni siquiera es humana aún: Australopithecus Afariensis. Se ven dos juegos de huellas fosilizadas, unas más grandes que corresponden al macho y unas más pequeñas que corresponden a la hembra. El pie derecho de la hembra se hunde más en el suelo, por lo que se deduce que llevaba una carga en ese lado, una cría!

 

2. ANTIGUO EGIPTO, RELIEVE DE MUJER COMIENDO HIGOS Y LA FAMILIA DE TUTANKAMÓN (1.300 a.C)Estas dos imágenes ilustran la importancia que se le daba en el Antiguo Egipto a los niños, que se les consideraba un tesoro. Para ello quería pegaros un proverbio del Papiro de Ani.
“Devuélvele a tu madre todos sus cuidados. Dale todo el pan que necesite, llévala a ella tal como te llevó a ti, porque eras una carga pesada para ella (durante el embarazo). Cuando naciste te llevó colgado de su cuello y por tres años te dio pecho y te mantuvo limpio."
Es maravillosa también la imagen de la familia del Tel Amarna: el faraón Tutankamón y su esposa Nefertiti con sus tres hijas en brazos.


3. HERMES CON DIONISOS NIÑO (ANTIGUA GRECIA 300 a.C)

Esta escultura de Praxíteles es simplemente bellísima, representa a los dioses hermanos Hermes y Dionisos. Los hombres también portean, aunque parece que este se haya hecho un lío muy grande con la tela, ¿Verdad?
Bromas a parte, la mitologia dice que Zeus se enamoró de una mortal llamada Sémele y bajó a visitarla disfrazado de mortal. Ella le rechazó y Zeus se mostró como Dios para convencerla y engendraron a un hijo.
Cuando ella estaba embarazada de 6 meses, la mujer de Zeus, Hera se puso muy celosa y quiso engañar a Sémele, diciéndole que no había sido Zeus, que la habían engañado. Sémele llamó a Zeus y le pidió que le demostrara que realmente era él. El Dios, muy enfadado se lo demostró fulminándola con uno de sus rayos. Sémele murió, pero Zeus cogió al niño no nacido y se lo puso en una pierna durante tres meses hasta que nació. Al nacer se lo adjudicó a su hijo Hermes para que lo cuidara.