Hoy hablaré de uno de los padres más conocidos de la mitología, pero para nada el mejor de ellos: el titán Cronos.
Cronos era hijo de Urano, dios del Cielo, y de Gaya, diosa de la Tierra.
Se casó con su hermana Rea y pronto se convirtió en un tirano, ya que devoraba a sus propios hijos al nacer, porque le habían anunciado que uno de ellos le destronaría. Fue comiéndose uno tras otro: Hestia, Deméter, Hera, Hades y Poseidón.
Estos dos cuadros son simplemente impresionantes e increíbles, son de Goya y Rubens y plasman el dios Cronos (del tiempo) devorando a sus pequeños.
Cuando Rea dio a luz a Zeus, el más pequeño de todos, decidió engañarle y dio a su marido una piedra envuelta en sábanas para que se la comiera. Zeus fue criado a escondidas por la ninfa -o la cabra- Amaltea en la isla de Creta.
Cuando Zeus se convirtió en un adulto, hizo que Cronos vomitase a sus hermanos con la ayuda de la Oceánida Metis, la personificación de la inteligencia y la sabiduría.
Hubo una lucha por el poder en la que Zeus y sus hermanos derrotaron a Cronos y al resto de titanes.
El factor decisivo en la «Lucha de Titanes» fue el apoyo que recibió Zeus de los 100 gigantes armados a los que había liberado del Tártaro. Los cíclopes, que también habían sido liberados, crearon los rayos para Zeus en agradecimiento, además del tridente de Poseidón y el casco de Hades que le hacía invisible. Tras su derrota, Cronos y los otros titanes fueron arrojados al Tártaro. Sólo el titán Atlas recibió un castigo distinto y tubo que cargar la bóveda del cielo sobre sus espaldas.
Desde entonces, Zeus y sus hermanos reinan en el universo: el primero sobre los cielos, Poseidón sobre las aguas y Hades sobre el mundo de los muertos.
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