Hoy me apetece hablaros sobre una de la culturas que más me ha fascinado siempre: la Grecia Antigua, de la que somos herederos en tantísimas cosas (cultura, arquitectura, filosofía, democracia, idioma,...) Existen multitud de textos para documentarnos sobra la infancia de los griegos, pero todos ellos escritos por hombres, así que... Por otro lado recordad que no han quedado vestigios de pintura griega, pero sí de escultura y cerámica.
Al dar a luz presentaban el bebé al padre, que lo podía reconocer o repudiar por malformaciones o debilidad. En caso de reconocerlo, todos se enteraban inmediatamente porque se adornaba la puerta de la casa con ramas de olivo en caso de que fuera varón o con adornos de lana si se trataba de una niña. La familia ofrecía una gran fiesta, tal y como hacemos hoy en día, y sacrificios a los dioses. Las familias solían tener pocos hijos para no dividir demasiado el legado. El mismo día del nacimiento se le daba un baño de aceites al recién nacido.
Sobre el quinto o sexto día después del nacimiento se celebraba la Anfidromia, un ritual en el que el padre daba vueltas alrededor de una hoguera para presentarlo ante los dioses de la familia y le daba el nombre delante de todos. A la recién estrenada madre era costumbre darle pulpo para comer... Mmmmm Qué rico!
En los siete primeros años de vida, los niños se quedaban junto a sus madres en el gineceo. Los niños jugaban prácticamente a lo mismo que juegan los nuestros, con muñecas, con yo-yós, peonzas, a correr, a pillarse, a luchas... Era costumbre regalarle juguetes al niño el día de su cumpleaños, igual que hoy en día.
Pocos podían permitirse ir a la escuela, donde era tan importante la preparación intelectual como la física. Curiosos son los cuadernos, tablas recubiertas de cera sobre las que se escribía con un punzón y que se podía borrar alisándola una y otra vez.
La infancia duraba hasta los trece años, edad en que eran considerados un adulto en condiciones de casarse, aunque no era lo más habitual. A esa edad entregaban sus juguetes al templo de Apolo y se preparaban para su vida adulta.
Por último quería compartir con vosotros dos de mis esculturas favoritas del periodo helnísitico, que son tan naturales que muchos las habréis observado en vuestros hijos o conocidos.
- Niño con oca.
Ya véis que martirizar a las mascotas no es cosa de hoy en día y os invito a todas a colgar una foto de vuestro peque con su mascota!
¡Qué interesante! Más que nada porque después de tantos años e intentos de hacernos sentir modernos, seguimos con costumbres e ideas de tiempos que solo podemos imaginar a través de sus huellas.
ResponderEliminarPor cierto, el niño con la oca es la mejor representación de un niño y su mascota jajaja
Putines
ResponderEliminardou
ResponderEliminarme quiero comer al pato
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