Una de las cosas que recordé nada más leer sobre colecho es aquella historia de la Biblia sobre el juicio de Salomón. Recuerdo a la maestra que nos lo leyó en el colegio y lo habitual que es la expresión "Justicia salomónica". ¿La recordáis vosotros? Hay varias obras de arte que la reflejan, alguna de ellas una de las grades obras de arte de la historia.
El Juicio de Salomón es un episodio del Antiguo Testamento que ilustra la sabiduría de un gran monarca de Israel. Un día dos prostitutas se presentaron ante Salomón y una de ellas le expuso el siguiente caso. La mujer cuenta a Salomón que las dos mujeres vivían juntas y que ambas parieron casi al mismo tiempo a dos niños varones.
Una noche la otra mujer se recostó sobre su hijo y lo mató accidentalmente. Al darse cuenta de lo que había hecho, en medio de la noche se fue a la cama de la mujer y le cambió su niño muerto por el vivo.
Al despertar e ir a amamantar al niño, la mujer se dio cuenta de dos cosas: que el niño estaba muerto y que no era su hijo. Ante estas declaraciones la otra mujer la acusó de mentirosa y le dijo que el niño vivo era de ella y el muerto el suyo.
Llevaron el caso ante el Rey Salomón, que pensó detenidamente y pidió que la trajera una espada para partir al niño a la mitad y así poder repartirlo entre las dos madres. Al oírlo la madre verdadera gritó desesperada para detenerlo, prefería darle el niño a la otra antes de verlo muerto, mientras la otra parecía conforme. Salomón al ver las reacciones proclamó que le entregaran el niño a su verdadera madre.
Llevaron el caso ante el Rey Salomón, que pensó detenidamente y pidió que la trajera una espada para partir al niño a la mitad y así poder repartirlo entre las dos madres. Al oírlo la madre verdadera gritó desesperada para detenerlo, prefería darle el niño a la otra antes de verlo muerto, mientras la otra parecía conforme. Salomón al ver las reacciones proclamó que le entregaran el niño a su verdadera madre.
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