viernes, 29 de diciembre de 2017

LA HISTORIA DEL BELÉN

En casa de mis padres siempre hemos hecho belén o nacimiento, más pequeño en un inicio y enorme más adelante. Cada año nos dejaban comprar una figura en el mercado de la plaza mayor de mi ciudad, cogíamos musgo y ramitas, troncos y demás para montarlo.
Mis padres siempre nos dejaban toquetearlo, jugar con todas las figuras, ir moviendo los reyes para que se acercaran a la cueva, añadir nuestros muñecos y cochecitos... En casa hemos montado el nuestro dentro de la chimenea, que no se utiliza y es un poco de andar por casa, lo reconozco. No es una maravilla pero es nuestro nacimiento.

Hacer un belén en los hogares es una costumbre en países de habla hispana

La primera celebración navideña en la que se montó un belén fue la nochebuena de 1223, por San Francisco de Asís en Italia. Para ello utilizó animales, pero no figuras ni personas: un buey y una mula junto a un pesebre sin niño. Realizó la predicación sobre el nacimiento de Cristo, hijo de Dios, en circunstancias tan humildes como las que en aquel momento se reproducían: en una fría noche de invierno, en el interior de una cueva, resguardado en el lugar donde comían los animales que, junto al Niño, lo calentaban con su aliento.

A partir del siglo XIV,los monjes franciscanos, cuya regla consistente en estricta pobreza, humildad, sencillez y cercanía al pueblo se avenía muy bien con el humilde nacimiento del Mesías, usaron su representación como elemento de predicación. Su montaje por Navidad se consolidó como tradición en la península itálica y fue pasando al resto de Europa. 
A mediados del siglo XVIII el rey de Carlos VII de Nápoles pasó a ser rey de España y promovió la difusión de los nacimientos entre la aristocracia española, llegando posteriormente a la práctica popular en la toda España y en América.

En el siglo XIX apareció el arte del belenismo, que en general se practica a través de Asociaciones Belenistas, a una de las cuales, por cierto, pertenece mi tía Pilar; gran belenista y coleccionista donde las haya.

¿Y vosotros? ¿montáis un belén en casa? Yo os dejo una muestra de un belén típico mallorquín.

lunes, 25 de diciembre de 2017

FELIZ NAVIDAD A TODOS

En casa, las Navidades son un gran acontecimiento. Pocos recuerdos son tan especiales como los de mi infancia en Navidad, las tradiciones comunes y particulares de mi familia, los villancicos cantados a voz en grito, el árbol, el gran belén que aún monta mi madre.

Hoy, nosotros somos los padres y me gustaría crear recuerdos igual de maravillosos en mi hija. Muchos sabéis que no somos religiosos, ni creyentes ni practicantes. Celebramos la costumbre de nuestras familias de reunirse y ser felices juntos. No nos supone ningún dilema moral.
Julia de momento se lo está pasando en grande, jugando con sus primos, comiendo bombones y disfrutando de su regalo. Cada día me descuelga las bolas del árbol de Navidad, una a una, y las pone en el sofá, como si quisiera decorarlo. Al belén le hace algo menos de caso. Le gustan las luces navideñas de la calles y nos queda pendiente llevarla a saltar a las camas elásticas que han puesto en un parque cercano.

Para celebrarlo os dejo este maravilloso cuadro navideño titulado La Fiesta de San Nicolás, de Jan Havicksz. Fijaos en la escena familiar que no tiene desperdicio: una pequeña en primer término con su madre que le pide que le muestre que regalos le ha dejado San Nicolás en el cubo. Detrás hay varios niños en conflicto, uno de ellos llorando porque su zapato está vacío, mientras dos hermanos le hacen burla. Al fondo la abuela que parece que va a sacar sus regalos de detrás de una cortina.

¿Qué os ha dejado San Nicolás en vuestro cubo?


viernes, 8 de diciembre de 2017

LA FAMILIA DE AMARNA

Se acercan las Navidades y en nuestra casa somos muy pero que muy navideños. Nos reunimos absolutamente todos el día de Nochebuena, lo que significa que en casa de mi madre se juntan más de 25 personas para cenar. El resto de días somos 12 o un poco más.
La familia es la mejor parte de la Navidad y por eso hoy preparo esta entrada sobre una familia de hace algo más de 3000 años, la llamada familia de Amarna o la familia de Akenaton y Nefertiti.
El reinado de Akenatón comenzó alrededor del 1353 a. C junto a la Gran Esposa Real Nefertiti. Fue una pareja revolucionaria que cambió la ancestral religión de los faraones y también la capital del reino, cerca de la actual Amarna. Impulsó una transformación radical  en la sociedad, al elegir al dios Atón en la única deidad de culto oficial del estado, abandonado al, hasta el momento, predominante Amón. 
Su corto reinado, fue un período de gran actividad intelectual, innovaciones y extraordinaria libertad, lo que se manifiesta en el arte y en la creación de empresas. Fue un momento único en la historia del Antiguo Egipto.
Hoy os traigo unos relieves excepcionales, que muestran la familia real en un momento íntimo, cotidiano, mostrando afecto. Los faraones dejan de ser los monarcas más importantes del momento para convertirse en padres cariñosos. Este tipo de escenas son extraordinarias, muy extrañas en el arte egipcio. Comparadas con el arte egipcio anterior, que tiende a tener una cualidad estática y monumental, como si diseñado para durar una eternidad, estas representaciones son espontáneas y llenas de vida.
La pareja real concibió seis hijas, todas mujeres: Meritatón, Maketatón, Anjesenpaatón, Neferneferuatón-TasheritNeferneferura Setepenra. En estos relieves las vemos con Nefertiti y tres de ellas: Meritatón, Maketatón y Ankesenpaatón. El faraón sostiene a la mayor en los brazos mientras la besa y Nefertiti tiene a las dos pequeñas: la mediana sobre las rodillas que señala a su padre y la pequeña al hombro.

Os dejo algunas imágenes más. Esta pintura es de las dos hijas siguientes: Neferneferuatón-TasheritNeferneferura. No hay imágenes de la última.



Para acabar os dejo una imagen de la reina más bella de todo Egipto: Nefertiti.